Ya estamos a finales de febrero y este año era una prueba de fuego ( o más bien hielo) para el bordal de Arguiñarena. Queríamos probarlo para que pasaran el invierno las ovejas y las burras por primer año.
De partida, es un experimento, pues los bordales se abandonaban en invierno para acercar los animales hasta la casa y poder estar más cerca de ellos en las nevadas ( lógico) . Pero nosotros no tenemos cuadras grandes cerca de casa, así que en verano cortamos la hierba seca y la subimos para guardarla para el invierno. Cuatro bolas y un montón de hierba vieja de casa Porcasio, que nos regalo Javier.
Quedaba la duda de si podríamos acceder a pie ( a raquetas) , para poder atenderles. De momento vamos bien , aunque andar con metro y pico es complicado, hemos conseguido llegar y atenderles.
Lo más complicado ha sido el agua, que se ha congelado durante muchos días, pero de momento también lo hemos salvado.
Antes de ayer, aprovechando que se había caído un portillo con la nieve y los árboles caídos, salieron del bordal e intentaron volver a casa, aunque no lo consiguieron , pues se encontraron con un paso chungo con la nieve , y fui a buscarlas durante gran parte del día.
Al final hubo exito , las encontré y las conseguí bajar a la cuadra de las cabras para que comieran un poco de hierba.
Hoy, intentaremos volverlas al bordal junto a las ovejas latxas para que estén en un lugar calenticas y con comida y agua abundante.