El viernes a la tarde, viendo que este fin de semana sólo teníamos una pareja que nos entraba el sábado a la casa rural (con el fin de semana tan bueno que hemos tenido, con noticia de bajada de euribor incluida, jejeje). Nos dijimos, vamos a hacer una excursión con los txikis como si estuvieramos de turismo rural.
Así que elgimos el monte Lerdenguibel, el monte más cercano al pueblo de 1222 metros. Se va por una pista desde el pueblo. Las vistas desde arriba son muy majas , porque por un lado se ven los montes hacia el sur y por el otro queda el pirineo.
Ada y Noé se portaron como unos campeones (Ada quería subir el monte corriendo), y entre coger palos, escribir en la nieve y merendar y llegamos hasta arriba, donde estuvieron jugando a escalar árboles.
Al final casi se nos hace de noche, porque se estaba muy a gusto.
En el alto del Lerden, alrededor de la cima , existen montones de piedras , habrá más de cien, y siempre comentabamos qué extraño era. Luego leyendo un libro me enteré, que hace muchos años, se enterraba a los muertos en los lugares altos . Aquí un pequeño comentario que explica el porqué, es un escrito de Aitzol Altuna:
«Para los antiguos vascos, todos los seres vivos tenían alma (gogoa), ésta es inmortal y reside
en la cabeza, “burua”, la parte más importante del cuerpo: nere buruaz beste egin (suicidar
mi cabeza), burua lurrera bota (tirar mi cabeza al suelo), burua ispiluan ikusi (mirar mi
cabeza en el espejo) etc. –modo reflexivo-.
Al morir, el alma va al cielo a través del arco iris (Ortzadar, “cuerno de Dios”), hasta llegar a
la luna (ilargi, iletargi, “luz de muertos”), luego vuelve a la tierra en forma de lluvia y entra
en otro ser: la rueda de la vida, muy parecido al hinduismo actual.
Se dejaba a los muertos en los altos para que los carroñeros librasen el alma (como en el
Tíbet actual).
En un momento de la prehistoria se empiezan a enterrar los cuerpos, probablemente a los
brujos o chamanes, y se crean para ellos monumentos funerarios: son los dólmenes, sitos
mayoritariamente en los pasos pastoriles, usados por diferente gente, de supuesta influencia
celta pero que sólo se dan donde hay tribus preindoeuropeas, como en Baskonia, Carnac o el
famoso Stonehenge de la actual Inglaterra.»
Arriba del todo hay una cavidad en forma de herradura de unos 8 metros de diámetro que en la zona abierta es alta , mejor lo véis en la foto.
El caso, es que entre las vistas , el paisaje, los juegos de Ada y Noé, la historia y la imaginación, pasamos una tarde buenísima. Ejercimos de «turistas» como dicen aquí, y disfrutamos un montón.
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Me suena !!!
Yo también estuve alli !!!
Muy bonitas las fotos.