Ya están cayendo todas las hojas del roble y han dejado todo el brezo cubierto. Es como si el roble nos diera un último regalo antes de dormir el invierno, regalando a la cabaña su último abrazo de otoño. El roble y la cabaña más que nunca durante el año se unen.
Y con este paso, nos acercamos a vivir todos los momentos del roble muy de cerca. Jamás había vivido tan intensa y cercanamente al lado de un árbol, viviendo todo su ciclo anual y ha sido un regalo sentir sus momentos: el letargo, nacer la hoja, floración, crecimiemto del fruto, tirar la bellota, caer las hojas.
Una maravilla , vivir todo este procesode una manera tan cercana, tocando el árbol , mirándolo, sintiéndolo.
Otro regalo de la cabaña del roble.